Una tarde le hablé de Art.
<<Es muy triste. Lo siento mucho.>>, me escribió con una cera.
Después puso su mano sobre la mía.
<<¿Qué le pasó?¿Se quedó sin aire?>>
- No, se quedó sin cielo. - contesté.
Es un relato precioso:)
( La ley de la gravedad;
Fantasmas, Joe Hill. )
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