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Su voz la envolvió, la acarició, la meció y le susurró palabras tan dulces que apenas pudo contener las lágrimas. Aquella era canción de amor, no cabía duda, y eso era extraño.
Las ansias de volar, la incomprensión... pero nunca amor.
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Pero había hablado de un sentimiento, un sentimiento por el que se hacían grandes locuras. Como traicionar a los tuyos.
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Y, sin embargo, era su voz la que le estaba susurrando aquellas palabras, su voz la que se preguntaba, una y otra vez, por qué, por qué, por qué estaba sintiendo aquellas cosas por una criatura tan distante y lejana como la más fría estrella. No era una ilusión.
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- Nada más lejos de la realidad.
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Y el deseo de descubrirse a sí mismo regresó, con más fuerza que nunca, a su corazón.
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Entonces había tenido miedo, pero ahora, al pensar en ello, solo sentía aversión, odio, un odio tan irracional como intenso y profundo. Y, d enuevo, algo estalló en su interior.
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- Eso no me importa ahora. Lo importante es que estoy contigo otra vez.
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- Parece... parece que le importa. De verdad. Incluso arriesgó su vida para salvar la de ella. Resulta que él, que no es humano, tiene reacciones humanas. Y resulta que yo, que se supone que sí soy humano, hago cosas... sovrehumanas. Me gustaría saber quién soy. Quiénes somos... O qué somos.
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Y, sin embargo, deseaba volver a verlo, deseaba preguntarle muchas cosas y, pensar en todo... deseaba mirarlo a los ojos una vez más y sentir su contacto, sugestivo, electrizante...
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Sospechaba que él no tenía nada más que decir, y eso significaba que se marcharía, y que tal vez no volvería a verlo.
Por eso, tenía que retrasar todo lo posible el momento de la despedida.
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- Quiero saber si de verdad puedes sentir algo... algo por mí.
- ¿Todavía lo dudas?
¿Qué era lo que sabía, en realidad? Ladeó la cabeza y lo miró, tratando de descifrar sus misterios.
Continuará. . .
(;
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